Todo Empieza En Septiembre

¡Volvemos a leernos!

¡Hola! Espero que el verano haya ido –y siga yendo– genial, a pesar del terrible calor que ha hecho. Yo tenía pensado seguir publicando cosas en el blog durante todo el verano, pero las distracciones de esta época estival me lo ponen difícil, así que decidí parar y darme un descanso de tanto mundo virtual.

Cada mes de septiembre se repite en mí la sensación de comenzar un nuevo ciclo, una nueva etapa, casi podría decir que es cuando el año comienza para mí. Y este «año nuevo» me he dado cuenta de que las personas cambiamos constantemente. Había oído esto hace tiempo, pero no lo terminaba de entender, me parecía «traicionarse» o «contradecirse» a uno mismo y me negaba a admitir que no siempre pensamos igual ni vemos las cosas de la misma manera. Hasta que hice una comparación de mis poemas de hace un año con los que estoy escribiendo ahora, ahí me di cuenta de cuán cambiantes somos y de lo reflejados que se ven esos cambios en nuestro día a día: cambian hasta las palabras/expresiones que usamos en nuestro lenguaje verbal.

Por eso, con esta reflexión, doy la bienvenida a septiembre y a todo lo que venga con él.

Nuestra visión de las cosas cambia, nuestra percepción de la vida cambia, nuestra manera de expresarnos cambia, nuestros gustos cambian, nuestros saludos cambian, nuestra sensibilidad cambia, nuestros escritos cambian… En resumen, nuestro ser cambia.

Nuestra tarea no es entender por qué hemos cambiado, solo aceptar el cambio y abrazarlo sin miedo.

Bienvenido, septiembre y los cambios que traigas.

Peeeero… hay costumbres que no hay que perder, como que en esta entrada toca un poema o recordaros que me encanta el feedback. ¡Os lo dejo abajo!

¡Nos leemos!

Con tus palabras:

Necesito un poema con tus palabras,
aunque lo escriban mis manos.
Será la manera de saciar las ganas
de hacer eviterno nuestro encuentro,
de tener de ti algo más que un recuerdo,
de no quedarme más con las migajas.
Necesito un poema de esos que salen del alma,
para no echar en falta algún verso,
que de vez en cuando, dé sentido a mi batalla.
Aunque lo escriban mis manos,
necesito un poema con tus palabras.