¿Sabes qué? Café.
A veces paro, pienso, reflexiono y me digo: piensa en lo que estás haciendo, ¿qué es? ¿qué te aporta? ¿te compensa? Y la respuesta suele ser sí, pero hay un pensamiento del que no consigo escapar.
Me pregunto a menudo si dedico el tiempo a lo que debería, sin saber muy bien qué es ese «lo que debería», supongo que un proyecto de vida cuya meta sea alcanzar un puesto de trabajo con una nómina a fin de mes y una sucesión de días cansados, deseando que lleguen los días de descanso o las vacaciones. Fíjate, qué curioso, pareciera que deberíamos llevar una vida en la que desear descansar. Paradójico, ¿verdad? Creo que podríamos reflexionar bastante sobre esto último.
«Se nos impone la frustración»
ISFELA
Cuando era adolescente solía aburrirme, no entendía cuando me decían «ya desearás aburrirte». Ahora miro a mi alrededor y lo entiendo, vivimos en una sociedad que impone moral y socialmente el trabajo, o lo que se considera trabajo. No se contempla el ocio como parte necesaria de nuestra vida, ni un buen estado de salud mental, ni siquiera disfrutar de lo que estamos haciendo, que es esencial para prosperar como sociedad. Por ende, se nos impone la frustración… ¿cómo podemos estar así?
Soy escritor, o al menos es como me identifico ahora mismo, y no quiero una nómina a fin de mes; tampoco es que quiera no hacer nada, quiero escribir, poder dedicarme a ello sin pasarme meses deseando tener una semana de vacaciones. Quiero poder cuidar de mi salud mientras hago lo que me apasiona para que esa praxis la hereden las generaciones futuras y no se les imponga el pensamiento del «debería» ni la frustración.
Somos muchas las personas que soñamos con poder compaginar lo que nos gusta hacer con lo que debemos/podemos hacer. Son cosas que no nos debería costar compaginar, pero eso, solo lo soñamos. Y conseguirlo no siempre depende de nosotros, pero si no damos el paso hacia la reivindicación del cambio que queremos – y esta es solo mi humilde reflexión -, nunca se conseguirá dicho cambio.
¿Suena utópico? Puede. ¿Es imposible? No lo sé, ¿lo intentamos?
¿A qué viene esto? A nada, es solo que a veces paro, pienso, reflexiono…
¡Nos leemos!
6 Responses
Lo que sientes lo siento también a veces. Es complicado encontrar un equilibrio entre lo que queremos hacer de nuestra vida y nuestras «obligaciones» laborales. Siempre he sido de las que viven como le da la gana aunque podría ganar tanto más dinero. Tampoco soy de esperar la nómina a final de mes, me he aburrido tanto en trabajos fijos que no quiero volver a vivir esta experiencia. Prefiero lo que hago, emprender, aunque es una ruina. Para mí es sinónimo de libertad y vale todo el oro del mundo 😊
Sí, el emprendimiento da mucha libertad pero tiene sus sinsabores y complicaciones. Ojalá lleguemos a una conciliación laboral digna y sana pronto.
Entre frustracion y deber, mejor elegir la Libertad si se puede!
Ya que soy jubilada ahora, me es mas facil…
Nunca olvidar la Libertad, que sin ella, no somos nada, ni mucho menos lo que debemos ser : libres !
El sentido del «deber» impuesto por la Sociedad es totalmente falso y truncado.
Yo no siento frustracion ninguna y ya paso del deber.
Hago lo que me da la gana sin culpabilizar.
El Anarquismo todavia esta vivo!
Me alegra mucho tu pensamiento, Sophie! Ojalá podamos llegar todos a sentirnos así algún día.
Me hago eco de esta reflexión que me lleva a la capacidad que tenemos los seres humanos de resiliencia, según la RAE
1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.
2. f. Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.
Lo pongo tal cual,
pues ahora es un término habitual en política, psicología, desarrollo local… Y a veces es mal interpretado y nos puede llevar a la frustración como dices en este post.
Es tan fácil frustarnos como comer pipas frente al mar.
Ser resiliente es ser compasivo, primero con uno mismo y así hacerlo con los demás. Es aceptar lo que sucede en presente con todo lo que conlleve ese presente, dolor, miedo, tristeza, frustración, pena, aburrimiento, y aprehenderlo para ser más humanos y comprendernos más a nosotros mismos y a los demás.
Hasta el momento la sociedad es dualista donde atendemos a una doble moral si queremos ser aceptados. Romper con esa dualidad es ser íntegros, auténticos, honestos… Diversos, plurales, diferentes y a la vez únicos. Si esto lo conseguimos en el ámbito social y medioambiental tanto laboral como de ocio, pienso que estaríamos cambiando, cocreando la realidad en armonía con el todo. Es mi loca y amada reflexión. Gracias por ser, estar y hacer.
¡Qué bonita reflexión! Me alegra que compartamos pensamiento🥰